En la Medialuna las personas fueron acogidas calurosamente con las canciones de Fernando Leiva, para dar paso a la entrada de los ministros, diáconos y presbíteros para comenzar la celebración eucarística. En ese momento ingresó la imagen de la Virgen María, que fue recibida con pañuelos blancos por todos los presentes. Enseguida, un grupo de alumnas del Liceo Santa Marta de Curicó realizó una presentación alusiva a la Madre del Señor.
Más adelante, la Sagrada Biblia bajó desde lo más alto de las galerías, de mano en mano de mujeres y hombres, niños y ancianos, hasta llegar al altar para dar inicio a la liturgia de la Palabra.Durante la Eucaristía nuestro Obispo, Monseñor Horacio Valenzuela Abarca, señaló que “la Iglesia, tal como María, lleva en su seno a Jesús, para que todos puedan experimentar la alegría de Dios en su vida; ese es el trabajo eficaz y silencioso de María (…) con Ella queremos ser la comunidad de Dios que cree, ama y adora al Señor Jesús, y por eso es capaz de evangelizar y humanizar”.
“La vida de nuestra Iglesia Misionera al Servicio del Reino tiene por delante un imperativo: poner a Dios como razón, origen y meta de todas la cosas. La misión quiere difundir la cercanía del Señor. El que vive en Dios no puede permanecer pasivo frente a lo que degrada y atropella a lo que Dios más ama: todos sus hijos y en especial los más pequeños. En este tiempo de Misión Continental renovaremos nuestro compromiso misionero para que todos tengan la oportunidad de revivir en Cristo, para que Cristo reine y se imponga la fuerza humilde del Espíritu Santo”, expresó el Obispo de Talca.
Más adelante, la Sagrada Biblia bajó desde lo más alto de las galerías, de mano en mano de mujeres y hombres, niños y ancianos, hasta llegar al altar para dar inicio a la liturgia de la Palabra.Durante la Eucaristía nuestro Obispo, Monseñor Horacio Valenzuela Abarca, señaló que “la Iglesia, tal como María, lleva en su seno a Jesús, para que todos puedan experimentar la alegría de Dios en su vida; ese es el trabajo eficaz y silencioso de María (…) con Ella queremos ser la comunidad de Dios que cree, ama y adora al Señor Jesús, y por eso es capaz de evangelizar y humanizar”.
“La vida de nuestra Iglesia Misionera al Servicio del Reino tiene por delante un imperativo: poner a Dios como razón, origen y meta de todas la cosas. La misión quiere difundir la cercanía del Señor. El que vive en Dios no puede permanecer pasivo frente a lo que degrada y atropella a lo que Dios más ama: todos sus hijos y en especial los más pequeños. En este tiempo de Misión Continental renovaremos nuestro compromiso misionero para que todos tengan la oportunidad de revivir en Cristo, para que Cristo reine y se imponga la fuerza humilde del Espíritu Santo”, expresó el Obispo de Talca.
